ADANS BECMAN

CUANDO SUBO POR LA CALLE DE LOS HERREROS...

El viento se duerme en el silencio

calla la tarde y llora sobre el yunque

se apaga el alma de la fragüa

ya no canta el martillo sobre el hierro

ya me da pena cuando paso

por la cuesta de la calle de los herreros

esa calle que siempre tenía

la voz armoniosa del recuerdo

de lunes a domingo, nunca descansaba

el macho pilón sonaba como el trueno

y el martillo tantareába una canción

descansaba el hierro sobre el fuego

corriendo pasaba yo, por la empedrada calle

jugando y soñando de pequeño

y el tiempo pasaba y volaba

y de mayor seguía el mismo son

y el mismo olor a carbón negro

hoy que los años han pasado

aún me llena de recuerdos

cuando subo por la calle de los herreros

y me imagino la fragüa llena de telarañas

el martillo sobre el yunque durmiendo

y allí sobran las palabras, en el silencío

entra un rayo de luz, que quema

el corazón de tantos recuerdos...

Y me da pena cuando paso

por la cuesta arriba,  la calle de los herreros...

 

Como se empapa mi pluma

en el tintero de los recuerdos

y como suda el alma

aunque sea crudo invierno

quiero abrir una ventana

que de a la calle

donde jugaba de pequeño

soñando ser albañil

para ser constructor de sueños

y hoy sigo ahí en el andamio

y piedra a piedra hago los muros

donde guardo los recuerdos....

 

Mi alma cansada implora

sentado bajo la higuera del huerto

pensando y meditando, que triste

es vivir en un jardín de sueños

y sueña la mañana con su flor

y canta la alondra en el corazón

dejando los surcos abiertos

donde yo siembro el amor

en la tierra abonada de mi huerto....

 

Que lo riego cada día

con el sudor de mis pensamientos

Descansa el martillo sobre el yunque

en la fragüa de los recuerdos...