Mirarte desde lo alto de mis sentimientos
Y emprender contigo el vuelo de mis deseos
Compartiendo tus alas extendidas
Cubriendo mis ansiedades y mis desvelos
Dejando que tu mirada escudriñe
uno a uno mis momentos
A sabiendas de que tu alma voraz
Consuma Cada uno de mis secretos
Quisiera divisar contigo nuestro universo
Teniéndote, fundidos como hierro y acero
mezclando tus ideas con mis temores
en uno de aquellos mil encuentros;
Y como disolvente encima de nuestra pintura,
perdidos nuestros cuerpos enlazándose
en el calor ardiente de nuestros besos
Y como hogueras candentes
en el zarzal de nuestro tiempo,
que arde quedando en nuestro recuerdo
y no lo queremos dejar ir
Aunque no los grite el viento,
Cada vez que tú vuelas, me llevas dentro,
Y cada vez que nos anclamos
en la colina de un encuentro
Miramos desde lo alto un mar inquieto
Revuelto con nuestras pasiones
Transmitidas en el roce de cada dedo,
Recorriendo a mil millas por hora
el camino del alma por mil estrechos,
Camino que veo en tus ojos
Ojos claros, ojos tiernos
Mi velero en un final
que me lleva navegando hacía lo eterno
DOMOTA