¿Que haras hombre falto de virtud
que condenas al virtuoso a la vergüenza?
bárbaro e indomable hombre simple de esta Era
que con toscos entretenimientos tu virtud destierras,
¡Oh virtuoso! no son ellos tu condena,
no son ellos tu vergüenza,
son la llama impura
que hace renacer del ardiente crisol duro
tu pureza sempiterna