Franklin Sandi

Que naufraguen los barcos de papel

 

Que venga el mar de las horas

y naufraguen

los barcos de papel

que nunca más Stravinsky queme el aire

que nublen en el cielo las sombras del altillo

sus historias profundas

que se invente otra vez el Sermón de la Montaña

que se llame entre los labios a Dios

que ya no está.

 

Comienzo a ser un ave migratoria

el peldaño que le falta a la escalera

el ladrido lejano de algún perro

la ausencia que se apaga en la calles que bajan

la Cruz del Sur.

 

De pronto como si levitara he contenido el aliento

he sentido que las sombras entraman telarañas

en los dedos del alma

he rodado en el pozo vertical de mi tronco

 

y me he visto en el silencio:

 

ha cruzado un relámpago de temblor entre mis huesos.