Lucia Rodriguez Lopez

XVI. Ayer y hoy

Eras ayer de aguas cristalinas,

instante, tú, tan perdido

bajo tu propia presencia.

Como ansias torcidas

hacia la última claridad celeste,

como esa latente y oscurecida verdad

que procuro describir sin lamento.

Así, sobre las brumas que cercan

mi mente evitando el perdón,

reconozco todo cuanto he sido,

todo cuanto soy,

si solo en una figura los instintos

derruyen cualquier estigma,

cualquier temor a ellos solapado,

si en sola una figura

la muerte consigue rozar mi voz

con los mismos labios que pretendo.

El ayer fue momentáneamente enternecido

por los enredos a que esta existencia se debe.

El hoy será la realidad convaleciente tras la calma.

 

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