Danny McGee

¿TE ACUERDAS?

¿Te acuerdas?...

¿Te acuerdas?...Una tarde -como cualquier tarde- vi brillar mis ojos en los tuyos… vi tus ojos. Sí, yo recuerdo la alegría de mi mirada en tu sonrisa: recuerdo haberte hablado de mis sueños de poeta, de las letras en mi almohada, de las rosas en mis manos…en fin... de los miles de poemas que en un sueño florecían.
Fue una tarde, una tarde en el otoño, una tarde que abrigaba la ilusión de un verso nuevo, un verso que nacía del jardín de tus pupilas, y que el viento acariciaba con enorme sutileza. Me acuerdo haber entrado en la lira de un paisaje, y esa lira no era más que lo que yo veía en tus ojos.
Tus ojos… esos ojos que eran lirios olvidados en la berma, eran flores de un milagro de un otoño inoperante.
¡Qué increíble!... Tú me oías recitar los más bellos poemas, y yo no hacía otra cosa que leerlos de tus ojos.