luis alfonso ramos

LA MUERTE

Hay cementerios solos, abandonados

Tumbas llenas de huesos sin carne,

El corazón pasando en un túnel sin salida,

Es oscuro, muy oscuro.

Es un naufragio nos morimos

Es ahogar el corazón, ir perdiendo la piel del alma

Hay cuerpos, alli la muerte en sus huesos

Un sonido lejano, como el ladrido de un perro

Saliendo de las camapanas y de algunas tumbas,

Creciendo en lo húmedo como el llanto o la lluvia

Veo ataúdes unos lujosos, otros normales

Pero todos contienen difuntos pálidos

Con las velas hinchadas por el sónido de la muerte,

La muerte llega de sorpresa

Como al pie que le hace falta su zapato, un traje vacio

Llega a gritar sin gritar sin boca, son lengua, sin garganta

Pero cada uno de sus pasos suenan

Y su vestido se escucha como un viento fuerte.

Luis Alfonso Ramos