Verano Brisas

MUSMÉ

¿Qué será que Musmé ya no canta,

qué le pasa a la flor del Japón

que no trina de amor su garganta

ni suspira su fiel corazón?

 

Ya en sus labios la dulce sonata

no modula su tierna canción

y no escucha la Luna de plata

los coloquios de aquella pasión.

 

Puede ser por su amor que ya lejos

en la tierra extranjera olvidó

dos luceros que fueron reflejos

 

en la noche primera que amó,

y que luego, creyéndolo espejo,

al zarpar esa luz apagó.