El otro yo

Ella y yo

Ella un cielo que llueve letras
Yo un desfile de puntos suspensivos
Ella el antónimo del silencio
Yo la palabra afónica de las cuerdas
Ella la llave detrás del espejo
Yo un espejo sin puertas
Ella el río latiendo hacia la presa
Yo el ritmo en pausa en la gotera
Ella el huracán, el terremoto,
el punto final y el principio,
el anhelo, la espera.
La fuerza del magma en las venas,
ella brotando a mis hojas, sueltas,
en cadena, a pasos agigantados
o a escala de hormiga,
ella el sonido, las letras,
una sílaba, un verso.
Ella impregnando la gota del grifo,
ella llenando el espacio en blanco,
ella implosionando en mis entrañas
y haciendo eco sobre las manos
incrédulas de este punto suspensivo,
ella mutando la piel sobre mis párpados,
ella y yo.
Ella la poesía.
Ella.
Siempre ella