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UNA RECETA PERSONAL

  Mi viaje a la felicidad, experimentó un avance notable, el día que dejé de preocuparme por mis problemas, para prestar atención a los de los demás... Toda la energía que dedicamos a escucharnos, a lamentar lo que tenemos, y desear lo que nos falta, puede emplearse para un nuevo fin. En el caso que decidamos dirigirla al bienestar de los demás, se tratará sin duda de una inversión muy rentable. El grado de felicidad personal, depende de nuestra autoestima, dependiendo la misma a su vez, de lo útiles que seamos para los demás. Todas las personas, poseen el don de transformar su existencia y la de los demás.Esto es algo a tener muy en cuenta, cuando nos sintamos abrumados por los problemas o bien nuestras expectativas se hayan visto defraudadas.Para quien ha decidido tomar las riendas de su vida, una buena parte estará por hacer.