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POR UN MORDISCO...

POR UN MORDISCO...

 

Así como de la nada

surge un recuerdo fugaz,

en esta mi madrugada

y lo quise relatar.

 

De esta forma, a mi manera

que es como puedo expresar,

tras las rimas de un poema

con simpleza y humildad.

 

Aquí en mi casa paterna

mientras mi madre dormía,

me dirigí a la heladera

pues algo dulce quería.

 

Tomé una ciruela roja

la lavé bien, la mordí,

y al degustarla, esta historia

tan real vino hacia mi.

 

Era aquel mismo sabor

tan especial y exquisito,

que tras los años pasó

a quedar en el olvido.

 

Y aunque parezca mentira

sólo un mordisco bastó,

para una mente dormida

que al hacerlo despertó.

 

Transportándome a la infancia

donde he sido tan feliz,

los que creía olvidados

precisamente me vi.

 

Allí estaba a la derecha

mi manzanillo silvestre,

sobre la izquierda la higuera

y un parral propio en el frente...

 

Donde colgaba la hamaca

que mi viejo construyó,

con sus varillas y tabla,

todo verde su color.

 

Ahora sí... el gran encuentro

que tiene esta relación,

un gran y hermoso ciruelo

con delicias a montón…

 

Se elevaba a gran altura

con un tronco fortachón,

y entre toda su espesura

mil bolitas de color…

 

De color rojo brillante,

muy codiciadas por mi,

por su dulzura y aparte,

creo hoy que esto es así…

 

Eran tan inalcanzables

para que yo las bajara,

porque estaban muy distantes,

debido a mi corta talla.

 

Intentaba con ingenio,

Siempre a alguna capturar.

Con mi mente de pequeño

Y las ansias de probar.

 

Mi ciruelo vino a mi

después de tan largos años,

tan sólo porque comí

su descendencia, hace un rato…

 

Y al hacerlo, aparejados,

cientos de instantes vividos,

los que creía olvidados

despertaron ms sentidos…

 

Y renacieron ausencias,

que no están y si conmigo;

mi hermana, padre y abuela

que fueron y serán míos !

 

Luis A. Prieto

2/02/2011

6:51hs.-