Al mundo abraza fría indiferencia,
selva de hierro, hormigón y cemento
ahogan gritos de grande tormento
cual dolores de parto, sin clemencia
Al otro lado, el desierto silencia,
llantos y ruegos por un alimento.
hay codicia y penuria de cimiento,
lloran los hombre por dura sentencia.
Nadie se escapa de tanta desgracia,
la madre selva destrozo padece,
a nuestras manos con saña y falacia.
Vamos sin fé por la vida que ofrece,
la presuntuosa fortuna que sacia
egos, matando el amor que florece.