Alexander Vortice

RESERVADO Y DOLOROSO

Víciame con tus cantos de sirena,

negra sombra, ardor patético, rojo

espontáneo… Aférrate a mi conciencia,

o dale alas a la tuya; acostúmbrame a no ser

único, reservado y doloroso. Intuyo

un mañana congelado en abortos;

imagino seres infectos reposando en la cabeza

de P.A.M., la prostituta que nunca supo

que lo era, por ser, en fin…

Me llegan noticias de que los necios

sufren la enfermedad de la sopa boba;

dónde se encuentran los ladrones de cuerpos

cuando presento al mundo siglas

y actitudes correctas.

 

Víciame con tus logros y tus prodigios

y yo te obsequiaré con un cascabel que sostenga

la estupidez que ostentas.