Carlos Leyva

CEMENTERIO DE POETAS

Mil años han pasado

aquí en el cementerio

contaminado de almas

a metros bajo tierra.

Mis desgastadas manos

han querido marcharse

de estos huesos quemados

por el gas de las flores.

En cada tumba espera 

una pasión versada,

tan muerta como el verso

desgarrador de siglos;

insípidos romances 

de olvidados poetas

que aguantaron el tumbo

de tiempo venidero.

En la tierra poluta 

que cubre el cementerio

hay una luz azul

caída de los astros

que se creyó la eterna 

admiración del lago

y hoy yace consumida

por los tiempos del sexo.

Más atrás, al final:

los poetas enfermos;

que escribieron los versos

más tristes de la noche,

que nacieron un día

que Dios estaba grave,

que apagaban sus velas

en el mar inclemente,

y que vieron nacer 

un romance banal 

entre los espirales

del fin del universo.

Aquí quiero morirme,

enterrado en las letras 

de los años postreros.

Y que cuando a mi tumba

la bañen sol y luna

el pueblo esté seguro

que he escrito un nuevo libro.