Moisés Sánchez

Prometo

No, no quiero ser una promesa común,
no quiero que olvides mi nombre
y no recuerdes que yo, tu hombre
siempre cuidó tu luz.


Prometo quedarme a tu lado
y no solo físicamente hablando,
quiero quedarme cuando
al espejo te estés peinando.


Quiero quedarme cuando
te quemes tus labios con el café
y recuerdes todas las veces
que sentiste mi calor
cuando te besé.


Quiero estar ahí
cada que tu perlada sonrisa reluzca.
Necesito de su brillo
cuando me invada la penumbra.


Prometo llevarte conmigo en el bolsillo,
bendecir tu imagen y tu recuerdo,
cuidar tu memoria.
Proteger las caricias que regalaste a mi cuerpo.


Prometo pensarte.
Verte en cada orquídea que huela,
sentirte cada que el viento se pasea,
disfrutarte cada que saboree tu piel canela,
sentir el inefable sabor de tu saliva;
perderme en tu pelo,
dulce condena.
Sentirme tu dueño, saberme de ti, preso.
Saber que el sabor de tu piel
se asemeja a un algodón de azúcar morena
y aunque desde un principio tú lo supieras,
mi alma con la tuya se pasea.


Mirarme en tus ojos
mi reina perfecta.
Tomarte de musa a ti y a tu sensualidad
caer a tus pies y en tu cielo acabar.

 

Con tu agua bendita
de entre el valle de tus piernas mi sed calmar.
Mi alma imantada a la tuya
forja el molde que nos gobierna.


Mis manos guardan tu figura, envidia de afrodita.


Bendito yo que disfruto de ella.
Bendito yo de que seas mía.
Benditas mis manos que se unen a las tuyas.
Bendita esta vida que me puso en tu camino.


Prometo ser tuyo.
Promete ser mía.
Prometo honrarte,
cuidar del amor que mucho nos ha costado.


Prometo cuidarte y que sea tuya mi poesía
así como míos son tus labios
y nuestros serán el resto de los días.