El DIOS JUVENIL

4 POEMAS

Una polilla, en la noche,
aletea contra tu ventana
¿no te recuerda al misterio?
En cuanto tu tabaco se disolvió,
y el incienso
¿no te remontan a las oscuras montañas?
Sé que existen hilos que unen
a las mariposas con el fuego,
o a una serpiente con el espíritu.
¿Lloras tú de soledad cuando
las arboledas se mueven
con el viento azul?
Los cuerpos de las mujeres
para mí son como himnos,
y el suelo y las baldosas tienen gusto a pesadas bromas.

***

Azul: ¡aráñame!
Quiero tus rasguños
y tu soplido en mi piel.
El trueno entre las estrellas.
Rojo: ¡ah, estabas esperándome!
Sé que dormir caído abajo tuyo es sacudir laureles rojos, humeantes cielos impactantes. Y todo es poder.
Y todo es sensualidad.
Verde: La Natura ¿Qué más? Helechos pulmonares
de ráfagas lunares.
Violeta: Mujeres, arañas y gatos. Me remonta al negro,
y a la perdición voluntaria.
Una quietud establecida en un cosmos que habita en párpados risueños, suavidad de hembras y de besos, ingerir tranquilizantes. Establezco un parentesco entre el fuego y el cuchillo.
Es amigo de la poesía.
Negro: Eremita silencioso, todo el tiempo en trance.
Misterioso cosmos,
¡oh todo lo que nos ha sido vedado!
Blanco: El auge de todas las cosas, de hecho es un resumen.
Celeste: Bah, ¡esto sí que es la vida! Ser mujer, estar todo el tiempo andando, al menos mi rechazo es porque no me gusta pensar.
¡Acuario! Sé muy bien que vosotros sois lo social y lo volátil. Palomas. El agua que se traspasa de jarro a jarro.
Amarillo: Estar activo todo el tiempo debe ser como un niño insoportable, que salta, que corre y que se golpea las rodillas. Seguramente Amarillo será el remedio para la preocupación.
Dar Amarillo a todos los adultos.
Bordó: ¡Ja! ¡Para mí esto sí que es despertar!
Habitar en lo inhabitable y permanecer inamovible ¡santificado festejo!

***

Les voy a cantar la canción del hombre que se metió solo en la prisión, ¡Ja!
Éste hombre estaba solo con lo que existe y unos días después se sintió muy triste
¡Ah! ¡Se le ocurrió llamar a una mujer para sentir su compañía!
¡Ah! Que tontos somos nosotros, los hombres que jugamos
con la locura y nos parece divertido,
lo mismo pasa siempre.
¡He de odiar las decisiones grandes cuando me sienta deprimido!
Les voy a contar la historia
del hombre que nunca
más sintió euforia.

***

Soy el Hijo Bastardo del cielo
y sus aves.
Las nubes saben que soy el único gato negro que duerme en el acantilado.
Ya no más bellezas presumibles.
Si Sabbath bajo lunas afrodisíacas.