Julio Noel

Una larga serpiente de oro

Una larga serpiente de oro

el plácido valle atraviesa,

va sembrando doradas hojas

por verdes prados de tierna hierba.

Un centenario chopo herido

con su copa la tierra besa,

la mitad del tronco roído

y la otra mitad casi seca.

Vigorosas lanzas doradas

a su lado se bambolean

mecidas por el suave céfiro

como bailarinas esbeltas.

En las cristalinas aguas

sus áureas copas espejean

como volubles mariposas

que jamás pueden estar quietas.

Viven el hoy despreocupadas

sin conocer que les espera

un mañana efímero como el del

viejo chopo que yace en tierra.

Así de frágil y fugaz

es la vida que nos aferra,

hoy, rozagantes y valientes

y mañana, polvo y pavesas.