Diego Nicolás García Contreras

Me hundi en la inmensidad y salí muy pronto

Me diste un poema sacudiéndote

Como un racimo de uvas

Cada que cuando el perfume

Se engancha

Y quién corte delicias pues los unen

Por el vientre respira la flor

En las laderas más soleadas

Las gotas no bajaron por tu barriga 

Conjugaron con el silencio de ambos

Atardecidos vimos el primer sol y luego la mañana entre nudos,

entre besos entre nidos 

Bebiendonos el alma

A sorbos dándonos las manos

Regalandonos momentos 

A cada segundo

Niños de este mundo 

Fecundo

Hasta que por las paredes se filtró la distancia