Alejandro Pezeira

Sangre ajena, sangre mía

Cada lágrima que tengo en el pecho 

germina en rosas invisibles.

La semilla se incrustó en mi carne 

desde que soy un infante.

Tengo alas negras en la espalda,

y miseria en el alma.

 

De pequeño quería volar al desierto: 

no era normal ser tan malo.

Con certeza puedo decir:

soy mamá y papá, 

ellos, también, tenían alas negras

y yo soy su reflejo.

 

Recuerdo morir una mañana:

tenía manos en el cuello,

no pude ver en la penumbra su cara

solo sentir su odio.

Tengo alas negras en la espalda 

que corto cuando me acuerdo.