No pasa nada... la vida es así.
El encuentro de nuevos amores, de nuevos amigos y una despedida.
Las despedidas duelen. La vida duele.
La vida nos enseña que la vida es así.
Y que siempre nos encontrará con algo que necesitamos, o con alguien que necesitamos.
Alguna calle, algún café, algún bar.
Un encuentro para decirnos que ese shot que ha sido invitado era un método mercadotécnico para decirnos que volviéramos.
Un encuentro para sentirnos en casa, después de estar varios meses lejos.
Un encuentro para sentir que extrañamos a papá y mamá, aunque siendo conscientes de nuestro crecimiento, pausaríamos la oportunidad de volver.
La vida nos despide también,
Y no necesariamente cuando morimos.
Cuando estamos ebrios o sobrios.
Encontramos cosas que desconocíamos de nosotros. Encontramos aquello de lo que teníamos duda... y la encontramos en la perdición.
Así de sarcástica la vida es...
Cuando nos enfrenta con lo viejo y con lo nuevo; y cuando nos atrevemos a soltar y nos atrevemos a aprender.
La vida que nos dice que su valor puede depender de una birra oscura, una carcajada y un abrazo amigable.
La vida que nos deja afuera de un tram, esperando el segundo para ser acompañados.
La vida que nos refleja en el boleto de avión...
Un jueves, comiendo arepas veganas.
Un viernes, corriendo para quemarlas.
Un sábado, despidiéndote y llegando aún nuevo destino:
Y es que... no pasa nada... la vida es así: