Tengo una canción inconclusa para ti
la pensaba guardar para el invierno
pero ya sabes,
el tiempo,
siempre el tiempo.
Nunca nos avisa cuándo
habremos de olvidarnos
o en qué estación
o en qué terrenos
dejaremos tirados los andamios
de algún sueño.
Esta canción
se acompaña de arpegios marinos
las olas rompen en sus semitonos
y los acordes son sostenidos
por sollozos desordenados.
Hay una suerte de guitarra en Re menor
que sobrevive como tonada fúnebre.
Te juro que al principio
era una melodía muy alegre
pero ya sabes,
el tiempo,
siempre el tiempo.
Si acaso pudieras escucharla
ojalá que fuera por la noche
es que los grillos y el crepúsculo
le dan un ritmo como de cielo
un poco más ameno
un poco menos triste
Mi voz en cambio
ya no sonará en ella
como lo tenía previsto.
No podré cantarte y contarte
ese rumor de la brisa que te busca.
No podrás escucharla y sonreír
sencillamente
con ese brillito singular
que tienen tus ojos.
Mi voz iba a ser
el resumen de todas las vigilias
que he tenido en tu nombre,
en esa misma habitación
donde tomo mi guitarra
para guardarte
como mi propio secreto.
Esta canción inconclusa
quiso llegar muy lejos
para abrazarte
pero ya sabes,
el tiempo,
siempre el tiempo.
Mario Cid