Alberto Escobar

¿Qué queda..?

 

Ando a golpe de instinto,
baba de caracol mi camino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una tubería de flujos
me recorre de arriba
abajo, el llover del
momento explica
su cauce.
El óleo en que consiste
construye pensares,
unos que ensanchan
sonrisas, otros lunares.
En la tibia umbría de lo
vespertino acuden las
palomas en enjambre,
de sus picos extraigo
enrollados variados
mensajes, unos me hablan
de la vida que ya está
vivida, otros que quedan
marejadas y oleajes.
Las montañas de Sísifo
menos altivas aparentan,
la roca, que a fuerza sube,
menos pronuncia su estela.
Detrás de su pronta cúspide
el abismo me espera, que
solo el asomo a su precipicio
para atrás me echa.
Una vez al pie de nuevo pétrea,
el carrusel sin fin comienza.
El instinto que semilla exige
ya saldado queda, quién sabe
si habrá campo para la restante
sementera.
Deber cumplido antes de plazo
otros deberes genera, sin deber
que cuenco en la mente halle
la vida se hace lenta.
Zeus me está perdonando, cada
vez es más pronta la cuesta y
más larga la incógnita que tras
su cumbre se despeja.

Cada cara oculta su luna.
Luna nueva.