Eva

Esa Persona

A veces nos cargamos de trabajo, nos colmamos de responsabilidades. Ni vemos ni queremos ver más allá. No queremos toparnos con nuestra necesidad más real. Pensamos que así es como queremos estar. Que así somos felices. Que no necesitamos a nadie ni nada más.

No hay mentira más grande.

Y así nos queremos engañar a nosotros mismos.

Somos en el fondo unos auténticos infelices.

Sabemos que en ese fondo ahogamos un grito, feo y desolador. Es la soledad. Y no lo queremos reconocer pero muy a nuestro pesar existe una chispa de esperanza que, aunque en lo más oscuro y profundo de nuestro fondo la queremos mantenener dormidita ya sea  por vergüenza o por debilidad,  a veces se deja oir en un susurro casi angelical y nos dice que llamemos a esa persona que cada uno de nosotros sabemos y conocemos. Que existe y que es real.

Y no lo queremos reconocer pero muy a nuestro pesar...

Para eso tenemos que ser nosotros mismos los que decidamos dar el primer y gran paso. Mientras no queramos salir de ese encierro, la persona que añoramos nunca entrará en nuestra vida. Para ella hemos construido un muro infranqueable, casi imposible de pasar.

Es el miedo.

El miedo.

El miedo...

Todos necesitamos ser amados y amar. 

No hay que tener miedo a lo que la vida nos da.

Hay que ser valiente.

Hay que amar.

El miedo, con el amor, se va.