Riqueza Original
Me sigue quedando, la herencia del antepasado,
sigo sin un lenguaje numérico, que logre calcularlo.
A veces creí, nada tener para inspirarme,
grande era mi error, por mi santa madre!
Si aún poseo, la riqueza original,
todo lo que al nacer, me declararon dueño universal,
maná de los sentidos, regocijo del alma,
ahí donde se avivan los colores del aura, vestimenta del karma.
Así aprendí, un sorbo de agua quita más que la sed,
noté que el aroma del alba, reclama el olfato a su merced,
la marea se levanta, cuando en lo alto está la luna llena,
al igual que la inspiración, del que se cree poeta.
Quedándose inmóvil el pensamiento cuando la mirada,
recorre a diestra y siniestra el cielo, de una noche estrellada,
disfrutando la sensación, cuando se animan las palabras,
a rendirle honores a Dios, por las maravillas creadas.
José Estrada