Abrir los caminos a la esperanza,
remontarse en cordilleras de misterio,
caminar por senderos desolados
buscando en cada hora,
el siguiente horizonte en el camino.
Ir, sereno perdiéndose en la niebla,
oír el chasquido oculto de alguna agua,
lo cercano del sonido de un grillo,
y golpearse el rostro en una rama
y mojarse en lo helado del rocío.
Seguir adelante, adelante siempre,
con la única idea cierta
de saber dónde queda el norte;
y caminar, seguro, y caminar
hasta que una luz muy clara
refulja adelante, y sepamos
!que ya estamos!, !que llegamos!;
nuestra vida, quizá... sea eso
ahora, en plena luz,
caminar, monótono, caminar, caminar
y seguir caminando...
Bolívar Delgado Arce