Quisiera acariciarle con pensamientos revolucionarios, sacudirle como un temblor de talón a corazón pero no apresurar su palpitar; solo imagine un esquimal con un mechero que va prendiendo paulatinamente mientras pasan los años. Ese mechero que enciende los momentos que pasan por casualidad y siempre deseamos que ardan por el resto de nuestras vidas; esos que suelen quedar solo en cenizas.
Quisiera ser acariciado por ese remanso que me dan los paisajes donde me vi acurrucado con las manos sobre las rodillas riendo como idiota mientras sumercé foránea estaba tomando fotos. Expandiendo la mente, creando nuevas invenciones, puede que un día se me ocurra proponerle escribir un libro que se llamé: \"El Boroló Secreto del Amor\" Y también es probable que: no te mencione, para que esta maldita sociedad no lo arruine y nadie más sepa como me gustaría acariciar tu agradable halo sin prever nunca algún ósculo sagrado.
Y lo más importante, quisiera acariciarle con independencia, con su vida separada de la mía, creciendo, siendo los gigantes detrás de nuestro intelecto y detrás de una fuerza imparable que solo te dan los que te quieren.
Havid Stiven