LO QUE EXISTE Y NO SE VE
No hay junco,
que el viento abata.
Ni verdad,
que el tiempo mude.
No hay razón,
que no madure,
cuando hable el corazón.
No hay poema,
que no sume.
Ni verso,
que no redima.
No hay amor,
que el tiempo tumbe.
Si con respeto se cumple.
No hay dolor,
que el tiempo cure,
si la dignidad sucumbe.
La voz se ha quedado hueca,
de tanto gritar por dentro.
De matices desvestida,
desnuda como una idea,
ante el grito del silencio.
No hay favor,
que valga tanto,
para comprar sentimientos.
Ni sentimientos tan caros,
cuando se tornan auténticos.
No hay fama,
que pague el precio,
del daño que causa el necio.
Ni lisonjas que se compren,
por un puñado de besos.
Los ojos, a vidrio cambian,
si no descubren lo bello.
Y una cortina se cierne,
sobre lo que miran ellos.
Cuando la mirada queda,
a merced de lo superfluo.
No hay pena,
que el tiempo borre.
Cuando la pena se enquista,
en el corazón sincero.
Ni dolor que el tiempo cure,
cuando es inocente el reo.
Las gráciles risas fluyen,
como ágiles sonetos.
Y suenan como los trinos,
de bandadas de jilgueros.
No hay risa,
que el labio niegue,
aunque la boca se cierre.
No hay amor,
que sea más grande,
que el que nace de lo bello.
Y más pura es la verdad,
que emana del sentimiento.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
19/02/2019