alupego (Ángel L. Pérez)

SIEMBRA LA VIDA...

SIEMBRA LA VIDA...

Sembró la semilla el necio.
La semilla del dolor.
Inoculando el veneno,
lentamente, sin temor.
Y el halo de suciedad,
impregnando las esencias.
Dejó una huella indeleble,
en las frágiles conciencias.
Dando a la verdad un precio,
para poder defenderla.

Rescató el odio y el miedo,
de las ancestrales mentes.
Y su fétida simiente,
reveló un fruto de cieno,
que como un sutil veneno,
se interno entre las corrientes,
de la sangre del plebeyo.
Naciendo un virus latente,
en los perdidos cerebros.

Entre efluvios de rencor,
sacrifica el necio al otro.
Que cae en sus redes con gozo,
sumido en la sinrazón.
Pero tan lleno de adornos,
que claudica de emoción,
deslumbrado por los focos.
Un acto de presunción,
que le valdrá un alto costo.
Entre monedas de cambio,
se resuelve la cuestión.
Vanidad como regalo.

Se fue quedando sin agua,
el lago de las conciencias.
Donde nadan los agravios,
sentimientos y condenas.
Flotando entre las corrientes,
se deslizan las verdades,
recalando en las riberas,
donde las mentes descansen.
Y entre las revueltas aguas,
donde la pureza nade.
Se volverán cristalinas,
pensamientos y palabras.

Así transcurre la vida,
en su devenir constante.
Envuelta en ricos brocados.
Enfrentada a las verdades.
Y dejándose llevar,
por las corrientes amables.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
14/02/2019