Es lago donde todos quisieran navegar,
sus aguas tan serenas, parecen cielo azul,
y todos, con sus formas, se quieren embriagar,
y siempre lo veremos de fino y regio tul.
Salido de la Italia, con porte señorial,
el noble Santillana le dio su bendición,
y el grande Garcilaso, con alma de zorzal,
los colores le puso, de su grande nación.
De catorce quilates, lo tejieron en oro,
y cada verso tiene figura de pincel,
la magia que posee su cántico sonoro,
nos trae lindos sueños, cargados de oropel.
Sus arpegios conmueven, por tan fina estructura,
de hermoso caballero, con porte tan discreto,
que sabe con frecuencia llenarnos de ternura
con su hermoso ropaje, y fulgor tan completo,
que llena de colores, la gran literatura
nos presenta orgullosa su flamante SONETO.
Autor: Aníbal Rodríguez.