Armando Cano

EN ESPERA.

 

Conozco a una chica
 y presiento está de mi enamorada;
su rostro no me dice nada,
ni sus labios, ni sus gestos.
Sólo, sus hermosos ojos,
que no dejan de mirarme,
sus temblorosos labios,
y sus dedos, que se dejan tímidamente
por los míos rozar.
La invitaré a salir, a platicar, charlar un rato,
le contaré mis cosas, platicará las suyas.
Le diré que solamente hemos sido amigos
y entre tazas de café, entre risas y ademánes
le hablaré de mis sueños, del atardecer,
del mar, del sol y las estrellas; 
de cómo el amor multiplica los panes.
Y quedaré en espera de su incierta respuesta,
que si es cierto lo que pienso
en mi corazón habrá una gran fiesta.

 


© Armando Cano.