Armando Cano

LA SOLEDAD CANSA.

 

La soledad cansa, la tristeza;
esas ganas reprimidas que tengo de llorar.
Pesan los años, las noches, los veranos;
los lamentos, los latidos,
los besos reprimidos.
Pesan, y mucho, las ilusiones rotas,
los triunfos más que las derrotas,
y esas ansias tan mías
que tengo de abrasarte,
de acariciarte toda, toda tu tersa piel.
Ya no intento conquistarte,
sé que hoy eres de otro,
y haz dejado un sueño roto
cual cuerda de reloj.
Hoy ya no sueño contigo,
pues me conduciría al pecado,
en tu vida soy pasado.
He sido para ti sólo un barco a la deriva,
una ola solitaria, en la inmensidad del mar.
Me encuentro en este puerto,
donde te estuve esperando;
taciturno, solitario, muy cansado, 
platicando con mi taza de café.


© Armando Cano.