José Luis Barrientos León

A mi hija Naomi

 

Aun si mis pupilas murieran

Y sólo quedase de mi retina un agujero

Podría verte recorrer los caminos

Y partiría hacia ti con el cantar de tu sonrisa

 

Aun si mis oídos no escucharan el trino de las aves

Y mi boca enmudecida no pronunciará tu nombre

Podría escucharte conjugar el amor

Y partiría hacia ti sobre el camino que trazó tu mirada

 

Desde  siempre te he amado y para siempre

Desde el interior amoroso del sustantivo padre

Desde el todo y para siempre te he amado

Desde el corazón silente de progenitor amoroso

 

Has encendido las velas de la noche

Robando la oscuridad para transformarla en Sol

Has abierto las pupilas de la noche

Robando su espanto para transformarlo en canto

 

Quien diría, que un día seguiría las huellas de tus pasos

Que un día se alzarían de nuevo mis manos recién nacidas

Para abrigar en el corazón el fruto de tu amor

Que un día mi voz entonara un himno nuevo

Y juntos contemplaríamos el Sol de la nueva vida