Daniel Memmo

Los días dormidos

Pesan los brazos,

los ojos, el alma,

la cruz,

pesa..,

el inicio de la mañana,

el silencio de la noche,

como un prolongado bostezo

abombado,

y no poder despertar del todo,

otro día pálido se acuesta a su lado,

la cama cómoda tumba de un cadáver que respira,

el paisaje detrás del ventanal,

como un lugar lejano,

ajeno a los movimientos que lo rodea.

Los días dormidos,

se amontonan en tu pieza,

sin importar cuantos brazos te empujan,

te zamarrean, te abrazan,

te pesa el silencio,

la soledad interna te tapa los ojos,

y te pesa el respiro,

te duele el parpadeo,

la ausencia,

el canto de los pájaros,

los dientes,

duele en lo más profundo de las tripas.

Escucha el bombeo de tu corazón,

el ritmo de tu respiración,

la sangre correr por tu venas,

vivir no es poco..,

vivir pesa!!,

vivir duele!!,

pero es vida,

gasta esos minutos en caminar,

no apiles más días entumecidos,

abre las ventanas,

que entre una brisa de aire,

fragancias,

llénate los pulmones,

participa del ritmo diario,

sal a sol!!,

que te acaricie con su calor,

busca en la risa la medicina,

valora el abrazo,

la compañía,

mézclate en la multitud

y veras que todos caminan

para que sus días no se entumezcan,

y transitán muchos de ellos con más dudas que certezas,

pero se aferrán a la única verdad..,

es que aún están vivos.

 

     Daniel Memmo