Heme aquí, amigo en la distancia,
fuente de suspiros y de escalofríos,
que aún erizan la piel...
A pesar de la mortal circunstancia.
Hace ya dos años que extrañamente
la vida nos cruzó
y son casi los mismos años en que nos separó,
por motivos que ambos sabemos.
(Más bien, que hoy ya comprendo)
Me enamoré,
me enamoré de usted.
De usted,
un hombre desencajado a mi expectativa.
De usted,
que vino a volcar mi vida
en tan poco tiempo
y a enseñarme mucho también.
Le amé, hoy lo sé.
Hoy lo reconozco también.
Le amé como a nadie.
Le amé con el alma.
Más allá de la locura,
de las mariposas en el estómago,
de una pasión desenfrenada.
Sin embargo,
debo aceptar que
lo que un día no floreció,
nunca lo iba hacer.
Y por respeto a usted;
al amor que le tuve,
no lo esperaré mas.
Deseo que sea feliz con ella,
y que, ella, sea...
(como un día me confesó)
Aquel amor que tantas veces le pidió a Dios
y que desde su juventud anhelaba.
De: Diana Janeth Reyes Diáz.
( Diana Reydz )
Publicado el 27/01/19
10:30pm
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