Esteban Mario Couceyro

En los bordes del mar

Te veo apenas al borde del mar

celoso de sus aguas

que te tocan subiendo

de a poco, cada vez más.

 

Por tus piernas, sube hasta la cadera

el mar lujurioso, te roba el cuerpo

con la cadencia de las olas.

 

A contraluz, hermosa dejas hacer

ríes al viento tu alegría

y el mar sigue abrazandote.

 

Y yo aquí sentado, mirándote reir

con mis manos, apretadas en la arena

deseando ser agua, ser mar

poseerte sin pecado y que te rías

por mi, el cielo y el viento en tu piel

que esos labios me beban

y los ojos, apenas abiertos

como soles, fugándose en el mar...

 

Ese mar, que te tiene, lento

abrazando tu cadera...