Danny McGee

INEVITABLE.

Inevitable.

¡Qué lindo ha de ser el día en el cual pueda conocerte! ¡Qué dulce la melodía de mi beso sobre tu frente!
Por fin veré tu mirada, tu brillo y tu candidez, y aquella luz aromada de un beso sobre mi tez.
Se va a escribir una historia (quizás una incomparable), y el Dios de la santa gloria dirá que es inevitable.
Será inevitable el beso… el beso que a mí te una, y, en este feliz suceso, no habrá como tú ninguna.

¡Qué mágicas las auroras serán cuando yo te bese! Si tú de mí te enamoras, sabré besarte mil veces.
Pondré tu mano en la mía, tu cuerpo junto a mi piel: querré que el orbe sonría, que en todo haya gusto a miel.
Se va a escribir un futuro con aires de fantasía, en uno que, te aseguro, verá tu boca en la mía.
Será la mejor sorpresa que a mí me dé tu destino, la más hermosa certeza que yo tenga en mi camino.

¡Qué lindo ha de ser el día en el cual pueda conocerte! ¡Qué dulce la vida mía y toda la de la gente!
Por ecos de una caricia, el mundo hallará la paz; y yo hallaré la delicia de toda tu piel voraz.
Se va a escribir una historia (quizás una incomparable), y tú, con toda tu euforia, dirás que es inevitable.
Será inevitable el día… el día que tú me llames y digas, con alegría: -¡Estoy para que me ames!