Daniel Memmo

La fiesta termino

Llegó la hora de contemplar el salón vacío,

el desorden y la mugre

queda como evidencia,

las aromas de los perfumes,

la sensación del que mundo se detuvo cuando la besaste,

las palmadas en la espalda,

el saludo traidor,

la resaca como marca,

es hora de oír la balada de la ausencia,

beber las sobras de las copas,

sentarte en un rincón,

observar un lugar repleto de fantasmas,

de risas distorsionadas.

La fiesta termino,

y esas luces ya no encienden,

las rodillas no te responden,

hoy suena un milonga triste,

y el pasado se pide un whisky,

y la melancolía se volvió una vieja borracha,

que repite muchos nombres,

y no se despega de la barra.

La fiesta termino,

y esquivas los espejos,

porque en el reflejo no solo estará ese rostro,

sino el tiempo,

que se encargo de robarte,

no solo los pelos,

la silueta,

la confianza del ganador,

las veredas caminadas,

la canción desafinada cantada a coro con la muchachada,

las puertas de viejos amores,

el jardín donde robabas las flores,

la pose de poeta improvisador,

que se llevaba muchos halagos,

y un beso apasionado,

el espíritu y la carne joven,

sino, tu ganas de bailar.

 

     Daniel Memmo