Santiago Esquivel

Epílogo.

Epílogo.

 

Las miradas desgarran carne fantasmal,
Los antiguos hologramas arañan la morfología de un sol caído.
Las reliquias de amor lloran lágrimas ensangrentadas
Ocasionando que la omnipresencia exhale pedazos de ETERNIDADES.

 

Escapa de nosotros el olor de tumba,
Para repletarlo con un poco de infinito.
Los latidos palpitan con actitudes de vacío
Rememorando aquel envejecido universo cubierto de metafísica.


Y entonces el silencio enloqueció,
Los aullidos resonaron en mis paredes cuánticas
Tú comenzaste a comenzar de nuevo,
Y Yo resumía desorientaciones por la extensión de las calles.

 

El pánico multiplica párpados caídos,
la paranoia se adjudica la muerte de todo lo trascendente.
Yace muerto el cariño en el cadáver de tu ausencia
Llevando consigo la resonancia ahogada de mis últimos suspiros.

 

Y vuelvo a ser yo, solo yo,
Solo yo y mis partículas
Solo yo y mis omóplatos
Solo yo…. y yo mismo.