Laura Ontiveros Plaza

Reencuentro

  ¿Cómo me miraría la razón,

si le confieso que estoy pensándote otra vez?

Se reiría conmigo la demencia,

y saldríamos a celebrar,

con coñac y con champán,

hasta el último suspiro de la noche,

le contaría lo que nos hizo pasar.  

 

Haría las paces,

con quien negué tantos días,

a quien desconocí,

sin piedad,

sin remordimiento,

abatiéndola para disimular.  

 

Bailaría desnuda,

arropada en duda,

por mirarte otra vez,

por saberte esta vez,

para empapar cada grieta,

atestando cada espacio,

carente de inspiración.  

 

Y a las cuatro de la madrugada,

le juraría a la luna en su fase más plateada,

vehemente,

con la voz intacta,

que ya no dejaré

a tu sombra sin la mía,

a tu latido sin mi oído,

a tu beso sin mi anhelo,

ni a tus ganas sin mi cuerpo.

 

Nos haríamos uno,

aliados,

y lo peor se habría marchado,

como polvo sucio,

pesado,

viajando hacia otro cielo,

hacia otro miedo,

sin nosotros a su lado.