Heber Snc Nur

Minutos inertes

Te vi bajo la sombra de flores marchitas,
y tu sonrisa encarcelada me habló a gritos,
me dijo ven,
te necesito,
abrázame,
hazme un sitio a tu lado.
Hacía frío, no podía negarlo.
La lluvia había dejado tras su paso
un mar de gente deambulando a solas
por calles que se hacían más largas
con cada minuto.
Tú fuiste la única que se quedó atada
a la esperanza como quien se guarece
de un temporal inevitable.
Quise abrazarte pero no pude frenar tu ahogo,
quise llevarte pero no te pude mover de tu sitio,
quise darte calor pero no dejaste de temblar de frío.
Y esas flores marchitas
que la presión del clima maldijo con la muerte,
se deshojaron con tu ausencia,
buscando tus pasos que se alejaban conmigo,
mientras la lluvia hacía una segunda entrada
en los minutos inertes de esta ciudad maldita.