Enrique del Nilo

DOLOROSO REENCUENTRO

 

 

 

Ayer tropecé con la poesía

en una de sus tórridas acepciones

venía canturreando no se que estribillo

mientras con una mano izaba sus calzones

que no entendí el motivo

de intentar darse a la fuga

 

Se me paró de frente

con mirada acusadora

como reclamando el tiempo que la sumergí en el olvido

alargó hacia mi la mugre

que dignificaba su mano

y desde sus ojos vi mis años de silencio

pretextando frio para emborracharme de olvido

 

Me temblaron las piernas

como como ante juez de sentencia

que recitará los salmos

de su epistolaria sentencia;

cayó mi lesa mirada

hasta rebotar con mi encerado calzado

que me fusiló con su brillo

 

Como furibundo recurso

alce la bandera blanca

de mi vergüenza raída

y le estreché esa mano

que alzada me esperaba,

me sujeté de ella

evitando precipitarme

 

La corbata como una soga

se me hizo más estrecha;

esa mano me quemaba

con su fresca inocencia

mientras su dulce sonrisa

el corazón me ametrallaba

y profirió un canto

que me calcinó las venas:

- ¿Me dejas una moneda?