Fuego y viento.
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Fuimos fuego quemando a nuestro paso,
suculentos instantes de la vida.
consumiendo de forma desmedida
los días sin hacerles ningún caso.
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El amor fue valiente pero escaso,
tan deprisa llegó la despedida,
que aún queda ceniza allí esparcida
testigo de un autentico fracaso.
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Estábamos corriendo en su momento,
con fuerza y sin apenas avanzar,
ansiosos por seguir en movimiento.
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Mas el viento tardó poco en frenar
los pasos de un temprano sentimiento,
que tiene su epitafio frente al mar.