Jotaquil

Viaje al centro de los sueños

 

 

Tulebán y el viaje al centro de los sueños

 

Adentrándome en los sueños hubieron varios momentos donde dude si era ahí donde realmente estaba, hubo momentos donde incluso pensé que de un viaje tetradimensional se trataba, pero como no quiero dejar mi testimonio en tela de duda, diré que me encontraba en un lugar indescriptible donde mis letras harán su mayor intento por intentar traducir mis vivencias dentro de aquel lugar, lugar donde no muchos aprovechan para intentar descifrar lo que se muestra como una clave, como otro lenguaje, como un jeroglífico, como un código a desencriptar lentamente, donde no existe la muerte y a la vez de eso se trata, donde cantan las aves que alguna vez creíste que escuchaste, donde ves lo que no es y es lo que no ves, donde entras cuando tus ojos los cerraste…

Me encontraba cerca de un coche fúnebre que me asustó cuando vi mi nombre en el ataúd y la multitud que se encontraba lanzaba frutas podridas y legumbres, todo era incertidumbre.

Caía una lluvia acida de las nubes grises, que todo derretían y mataban como las flores, los árboles y los colores, pero no la rabia que sucumbía pues mientras me enterraban mi madre y mi hermano de mi se burlaban.

Había una chica rara, no se veía su cara, tuve la impresión de que detrás de esto ella estaba y yo era como un fantasma, la seguía, pero en cada paso que daba la chica más se alejaba y mi respiración fallaba como si de asma se trataba.

Con mi voz no hacía nada, era como si no se me escuchara, entonces tuve la idea de entrar a mi cuerpo para así levantarme de entre los muertos.

Caminé hacía mi lápida que tenía mi nombre, tenía que hacer una movida rápida, pero tropecé y en medio de la noche me desperté o al menos eso fue lo que pensé.

Mientras golpeaba una y otra vez de forma desesperada, nadie afuera estaba hasta que me angustié y de nuevo me desdoblé, pero en vez de subir al infierno bajé.

En una esquina estaba un perro, no sé si se trataba del mismo Servero, pero con una de sus cabezas dijo, “tu castigo va a ser severo, no habrá una rima que te saque de este agujero, pues si no te has fijado aquí todo arde, no existe ningún tipo de arte y al final todo el mundo va a terminar por olvidarte, así que, en pocas palabras, no podrás salvarte.”

Seguí cayendo mientras el fuego me quemaba, nunca había sentido tanto miedo, pero como lo mencioné, un sueño esperaba que fuese esto que me atormentaba.

Cuando terminé de caer a los lados regresé a ver y noté que una calavera había, mientras su mirada sin ojos mis movimientos seguían,

C: Podrías sentarte a mi lado, es mucho ya el tiempo que no he estado acompañado, y mientras el tiempo siga pasando, olvidarás lo vivido y no lo irás notando, solo sientes la agonía y el frío, todo lo que se cruza es fugaz, ¡recuerdo que tuve un hijo a quién amé! …pero ni siquiera recuerdo su nombre, el era mi hijo adorado, como mi cuerpo aquí todo se me ha deteriorado… aquí todo pierde sentido, incluso culpar de mi miseria a Satanás. El lenguaje es diferente como tú entenderás, existe la palabra guerra, pero no esa otra que rima con Jazz o tenaz, ¿tú tal vez la sabrás?

T: “te refieres a la palabra…”

C: Shhh… cállate, no la digas o en un segundo morirás. Con esa palabra no se puede jugar, no existe ni arriba ni abajo, todos han mentido, yo no la puedo ni pensar sino…

La calavera mi boca tapó mientras se evaporada y me dijo que ya hace 24 años mi llegada la esperaba…

C: Esto es un acertijo… sé que en algo eres un prodigio, pero no va a ser tan fácil salir de este suplicio. Debes mostrar tus dotes para encontrar algo real, no el falso paraíso, es decir, sigue tu camino, pero procura ser cuidadoso, no todo en tu vida es un pozo, el agua incluso fluye en el camino más tumultuoso. Paga tus deudas, a la vuelta de la esquina está la condena, esperándote. Algo puede salvarte.

Sin más que decir, la calavera colocó unas monedas en mi bolsillo y desapareció, recuerda lo que no quieres y te salvarás dijo mientras se esfumó como el humo de un cigarrillo.

 

CONTINUARÁ…