Cenicienta.
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Con sobrada tristeza Cenicienta
se acurruca y se sienta en su escondrijo,
en los brazos, llorando está su hijo,
recitando un rosario, se impacienta.
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Una dama de alcurnia le violenta,
- Qué vergüenza me da que en mi cortijo
esperes encontrar al fin cobijo
para ese que en tus brazos se lamenta.
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- A saber el motivo que te trajo
a pedir a las puertas de mi casa.
Cenicienta contesta, - estoy debajo .
en tu mundo de orgullo y desparpajo,
pero aguanto el dolor que me traspasa
y en eso amiga mía te aventajo .