UN HOMBRE Y UNA BARRA
No lo había pensado antes, 
tampoco le resultaba interesante
pero estaba cansada de atraer 
en su vida hombres incipientes,
fastidiosos y mal amantes.
Vistiendo sus penas en coquetería
se sentó en una barra sin nombre o vida. 
Extraño lugar este.., ya que solo estaba ella, 
el barman, la voz de Ana Gabriel 
descollando aún más sus penas, 
y un señor mayor, por lo menos de cincuenta.
Se inició una conversación 
no se sabe quién la comenzó,
hablaron un poco de la vida 
y también del desamor. 
Sus asientos cada vez más se acercaban 
y la voz de Ana Gabriel del fondo se esfumaba.
Ella anillaba su copa de vino encubriendo su emoción, 
él entretenido por su belleza y conversación, 
tragándose los pensamientos producidos por el alcohol.
Entre risas y galantería a cerrar la noche él la invitaría, 
ella asombrada por su propuesta, ligeramente aceptaría. 
Convencida que podría aguantar su picardía
un beso le acepto y en ese primer beso hasta la cabeza perdió.
Él la acariciaba como explorando un mapa.., 
como excavando un tesoro perdido debajo de su falda. 
La besaba e intensamente la acariciaba
mientras al oído un poema de Luis Cernuda le susurraba.
Inspirado por su tersa piel la mordía y baboseaba.., 
pobre de aquella joven mujer ahí quedo casi derrotada, 
aguantándose sus ansias, respirando profundo queriendo dar la talla, 
pero por más que intento no pudo seguir en la batalla; 
Pues aquel señor mayor que tan poco interesante le resultaba
le hizo el amor a aquella mujer………….
como se le hace a una ramera y no como a una dama.
LeydisProse 
1/11/2019
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