Francisco DG

Vacío.

Vacío, desesperado, taciturno
aguantando el paso amargo y tibio de los días,
grises, apagados, sedientos de absorver lo que otros llaman vida.

 

El tiempo corre su curso y el sol sigue brillando,
¿por qué entonces sigo sintiendo este vacío?
Le pregunté a las estrellas, desveladas, brillantes,
más ellas se escondieron, apagaron sus luces y se fueron.

 

Le pregunté entonces a Dios, no me quiso decir nada.
¿De verdad hay un plan divino para todos nosotros
o sólo nos encontramos avanzando a un inevitable y oscuro vacío?

 

Entonces le rogué a mi madre por respuesta,
sin embargo sus palabras dulces no llegaron.
Quiero decirle que estaré bien, mientras su consuelo
siga formando parte de la luna.

 

Te pregunto por último a ti, amor mío
¿serás tú la cura de estos males?
¿o estoy destinado a la cruel aflicción
de aquel que no respira, ni ve, ni siente ni camina?