Pedro Alexander López

Alma muda

Tienes el alma muda…

Lo sé, porque he sufrido sus silencios,

Porque te di amor a raudales,

Y solo escuche el eco de mi propio corazón.

 

Tienes el alma sorda…

Jamás escuchaste nada,

De cómo y cuánto te amaba,

Y mi vida te entregaba,

Pero nada te importó.

 

Tienes el alma fría…

De hielo y piedra marchita,

Ni el calor de mis caricias,

Ni los besos, ni las risas,

La pudieron encender.

 

Tienes el alma seca…

Cómo el cauce de un río muerto,

Cómo un día en el infierno,

Sólo causas sufrimiento,

No sabes lo que es amar.