el poeta del abismo

Te toqué

Te toqué como se toca la madera
que libera el sonido
y no hubo acorde que llegara a tu voz,
voz de ninfómana, nacer de mi agrado
que al seducir yo erigo.


Toqué la guitarra acústica sobre tus senos
la melodía murió entonces en tu cuerpo.
Bajó, bajó el sonido de repente entre tus piernas
de tocarte tú sonabas
mostrabas el cuerpo del ruido memorable. 

¡Oh, mujer desnuda y sonora
bajo tu piel se construyó un sonido!