Lidia

(Fábula) EL ÁGUILA Y LA FLOR

En un pequeño tronco de un pantano,

un águila se posó a descansar

miraba a la distancia y nada divisaba

pero una agradable fragancia que aspiraba

la hizo mirar todo a su alrededor

y pudo percatarse, de algo que no podía creer.

Era una hermosa flor, nacida en el pantano

que al verla, se quedó asombrada

y sin poder contenerse, con altivéz le preguntó:

-¿cómo siendo tú tan bella y tan fragante

pudiendo nacer en un jardín

escogiste este lugar para nacer?-

-No sabes que los que los que tenemos talento,

nos admiran entre todos los demás.

-Fíjate en la belleza y lo grandioso de mi vuelo

que para poderme contemplar

alzan la mirada al cielo como si me fueran a implorar.

La flor, al verle su soberbia y su arrogancia

humildemente, la miró y le contestó.

-No siempre, lo grandioso y bello es admirado

aunque la hipócrecía del mundo eso le hace creer,

pero a veces, hay cosas simples y sencillas

que también tienen su belleza que admirar-.

Porque yo, soy una flor, que sin tener tu arrogancia

admiran la sencilléz de mi belleza

y también, me saben contemplar.