Armando Cano

TERMINE LLORANDO.

 

 

Y finalmente
terminé llorando por tus besos,
por tus ojos,
por tu talle.

Por tus pequeños pezones,
por tu cuello,
tu garganta, por la uña
de tu pie.

Por tus ojeras de luna,
por tu llanto,
tus lunares,
por el sonido de tu voz.

Terminé llorando
por que niegas tantas cosas,
risas, lluvia, musgo,
mariposas, el latido de tu ser.

Por tu largo,
largo pelo, por tus gritos,
por tus sueños, por tus ojos,
por tus celos.

Y esos pechos de luna llena;
por tus caderas,
tus penas,
por tus mentiras de mujer.

 

© Armando Cano.